En las relaciones corrientes con los demás nuestro
vocabulario, forma de expresarlo y tratar a los demás es fundamental para
lograr una convivencia armoniosa. En el Aikido es fundamental el trato
adecuado, mostrar respeto y encontrar la manera de que el compañero acepte y
sienta que podemos acompañarnos en el camino. Después de todo, siempre hay
puntos en común entre ambos, así que expresar las ideas donde involucramos al
otro en la construcción de un ambiente agradable es cómo funciona la técnica de
Aikido.
Miremos algunas técnicas de Aikido Verbal en los diálogos
cotidianos que favorecen la armonía que tanto profesa el Aikido:
Sea específico. Hablar
con ambigüedades, generalizar, hacer preguntas cerradas suelen confundir al
interlocutor y lleva a desacuerdos. Por ejemplo, las generalizaciones son una
mala costumbre de señalar o etiquetar las situaciones. Las palabras como
“siempre”, “nunca”, “todos” entre otras suelen encasillar un acontecimiento
especifico como una regla general, por ejemplo decir “¡siempre haces lo mismo!”
está calificando al otro en ser repetitivo en eso. Más bien decir “date cuenta
que lo haces otra vez” como estrategia para que observe el acto especifico en
el momento mismo que sucede y pueda cuestionar su relación con otros momentos
en que lo ha hecho. Otra forma de ambigüedad es poner citas o compromisos sin
fecha específica como, por ejemplo decir, “nos vemos el fin de semana”, ahí no
hay claridad en que momento nos veremos; o por ejemplo decir “¿podemos
vernos?”, es una pregunta cerrada que no solicita información al otro sobre su
disponibilidad, es mejor unas preguntas abiertas como “¿Cuándo podemos vernos?”,
en este caso estamos pidiendo información sobre el cuándo tiene disponibilidad. En el budo, los ataques o golpes siempre
necesitan precisión, cada golpe es un atemi, es decir un golpe a un punto
preciso del cuerpo, no se golpea al bulto. Cuando se hace una técnica de Aikido
siempre se marca el atemi a esos puntos vulnerables aunque no se aplique con
toda su contundencia.
Evitar el “pero”.
El “pero” es una palabra de enlace entre dos frases, oraciones o sintagmas que
se contraponen, y con él se resalta esa oposición, o más bien la segunda
oración anula la primera, por ejemplo: “soy pobre, pero honrado” está
calificando que los pobres son deshonrados, lo cual no corresponde a la verdad,
es una generalización estigmatizaste y discriminatoria. Así que más bien se
debe decir “soy pobre y honrado”, lo cual corresponde a una condición económica
y una virtud propia de la persona; o decir, “esas flores son bonitas, pero
prefiero chocolates” está mostrando que no le gusta el regalo. En la práctica
de Aikido esto es hacer contacto y moverse en la misma dirección del compañero
en vez de bloquear oponiéndose al ataque.
Convierte las
expresiones negativas en positivas. Las expresiones negativas, aquellas que
denotan rechazo, evitación, descalificación del otro son muy recurrentes en
nuestro discurso, por eso es mejor cambiarlas por expresiones positivas que
puedan encausar la situación difícil, podría ser más adecuado para buscar una
solución o abrirse al dialogo. Por ejemplo si tu hijo quiere jugar contigo
cuando estas ocupado en vez de decir “no tengo tiempo ahora” decir “gracias
hijo por tu invitación, y ahora estoy ocupado…” y darle tal vez el momento
preciso que puedan jugar; o cuando alguien en un trabajo no logra hacerlo bien,
en vez de decirle “lo estás haciendo mal” decirle “bien, analicemos donde está
la falla”; o tal vez algo que hace el otro no te desagrada no decir “¿qué
diablos es eso?” y más bien decir “ no estoy de acuerdo con eso” y expresar tu
opinión sincera al respecto. En todo momento en Aikido se prefiere colaborar
por encima del combatir, es decir, se reconoce que la verdad tiene muchas
aristas, cada punto de vista sobre ella es importante tenerlo en cuenta, por
eso se reconoce que hay que colaborar con una discusión entre las partes para
llegar a un aprendizaje que beneficie a todos y cada uno de los participantes.
Mostrar
agradecimiento. Ser agradecido es muy valioso al momento de relacionarnos
con los demás, por ejemplo, cuando llegue tarde a una cita en vez de
disculparte, agradece por la espera y la paciencia; o si necesitas un favor,
mostrar agradecimiento por que te van a hacer incluso antes de pedirlo “te
estaré muy agradecido por este favor”,
“gracias por su tiempo”. Toda la etiqueta del Aikido está enmarcado en
el agradecimiento, por eso hacemos tantas venias en el transcurso de la clase
aun antes de entrar al tatami y después cuando salimos del dojo.
Gracias.
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