jueves, 21 de abril de 2022

¿Es el Aikido un arte marcial meramente defensivo?

 Cuando yo empecé a practicar artes marciales, más exactamente Taekwondo, mi profesor solía decir que “deberíamos usarlo únicamente como defensa personal en caso de necesitarlo”. Sin embargo, casi todas las técnicas aprendidas eran ofensivas, es decir aprendía a golpear, patear, estrangular, etc. Así que no estábamos aprendiendo específicamente a defendernos, aprendíamos a agredir. Es más, muchos artistas marciales suelen decir que “la mejor defensa es el ataque”. Y es que contemplar un arte marcial meramente defensivo es absurdo, ese arte deja de ser “marcial” en tanto que es un arte para aprender a combatir cuerpo a cuerpo contra un contrincante. Por eso, en tiempo de paz, las artes marciales se convierten en deportes donde el guerrero, sigue su formación física y mental en un medio controlado y reglado para reducir posibles daños a sus compañeros.

Pero Aikido se ha vendido como un arte de paz, meramente defensivo, que no tiene técnicas de ataque, y la pregunta que uno se hace como artista marcial es si es posible, ¿son realmente meramente defensivas las técnicas de Aikido? Y es que las “técnicas de Aikido” no son exclusivas de este arte marcial, todas las otras artes marciales también suelen aplicarlas en sus combates libres, sobre todo en Hapkido, arte hermano del Aikido. Y es que toda técnica marcial puede aplicarse tanto de forma ofensiva como defensiva, dependiendo de la intención de la persona que la aplica, ahí es donde está realmente la cuestión, ¿se está defendiendo o atacando en el momento de usarla? Diferenciar esto podría ser fácil, si recibo un ataque y respondo la agresión con una técnica me estoy defendiendo, si por el contrario tomo la iniciativa de atacar… pero como suelen decir algunos, “la mejor defensa es el ataque”. Entonces el concepto se va diluyendo en discusiones éticas y justificaciones moralistas.

Aunque analizando la “técnica de Aikido” y su dinámica, podríamos decir que hay unos principios específicos que hacen que la misma funcione o no. Por ejemplo, el golpe de boxeo es considerado uno de los más efectivos para noquear al contrincante, pero para ello se deben cumplir ciertos principios, como la fuerza, potencia y precisión de su ejecución por parte del boxeador, pero además su contrincante debe estar en el lugar y postura adecuada para ser noqueado, si este bloquea o esquiva el golpe, pues no tendrá el efecto deseado, así que para que una técnica funcione es necesario que todas las condiciones o principios se cumplan, tanto en el boxeo como en el Aikido. Eso hace que la “técnica de Aikido” sea bastante compleja, puesto que los principios que en ella existen son muchos, desde la postura hasta el contacto, la distancia, el momento, etc.

En ese sentido, la “técnica de Aikido” funciona en tanto el compañero haga un ataque sincero o real, es decir que su ataque vaya hacia el tori con intención de por lo menos tocarlo, puesto que un falso ataque, sin intención, no ofrece la energía necesaria para la aplicación de la técnica. Por supuesto, esta idea necesita aclaración y análisis.



Yo suelo jugar bastante en mis clases, entre los juegos y el estudio se puede ver cuan efectiva puede ser la “técnica de Aikido” como ataque, en tal caso suelo sorprender a mis estudiantes aplicándoles técnicas inesperadas, algunos caen inmediatamente, pero la mayoría, sobre todos los novatos suelen paralizarse, lucen estafermos y se tensan tanto que la técnica no funciona, en tal caso, surgen varias hipótesis sobre el asunto:

1.       Yo he cometido algún error en la ejecución de la técnica.

2.       Mi compañero comete algún error en la forma de recibir la técnica.

3.       Falta algún principio básico para la ejecución de la técnica correctamente.

Es fácil y rápido simplemente asignar a la ineficacia al error, bien de tori o de uke, y buscar culpables de las fallas, sin embargo y en conciliación de las tres hipótesis, los errores son por el descuido de los principios básicos de la técnica. En este caso estamos con la idea de que la técnica funciona cuando hay un ataque sincero o real. En tal caso, si ataco con una técnica no funcionaría en tanto que el estudiante que está ahí parado sin hacer nada, no está atacando, no hay motivo para aplicarle técnica alguna, entonces ahí no hay “técnica de Aikido”. Pero igual, para ejecutar una técnica hay que ser agresivo, activo, despierto, es decir, hay que contraatacar o por lo menos hacer contacto activo con el uke, de lo contrario seriamos golpeados por nuestro compañero, no se recibe un ataque de manera pasiva, hay que actuar en armonía con ese ataque, eso aplica tanto cuando se es tori como cuando se es uke, se recibe un ataque o una técnica de manera activa. Es decir, un acto defensivo solo es posible si la persona esta despierta y atenta como para no ser sorprendido con un ataque inesperado y, además, responder activamente al mismo (Es claro que todo aquel que busque aprender defensa personal debe entrenarse y mantener un buen estado físico para reaccionar adecuadamente a un ataque o situación de peligro).

Si bien la “técnica de Aikido” se podría usar como ataque, lo que vamos observando es que solo se puede calificar como tal si se aplica contra un uke activo, es decir contra un ataque sincero o real, porque aplicarla a una persona pasiva, sin intención de agredir no tiene sentido, no es adecuado y pierde efectividad en tanto que la “técnica de Aikido” funciona en un intercambio activo y hacerlo como ataque podría conllevar lesiones a la persona que la recibe al forzarla contradiciendo con ello los principios y filosofía del Aikido, por lo que la técnica deja de ser de Aikido para ser otra cosa, para ser técnica de otro arte marcial.

Entonces podríamos concluir que el Aikido es un arte marcial meramente defensivo en cuanto a su dinámica, principios y filosofía, aunque las técnicas que se aplican en este arte marcial podrían usarse en diferentes escenarios y con diferentes intenciones, en tal caso no la calificaríamos de “técnicas de Aikido” puesto que son habilidades propias del ser humano que se entrena para aplicarlas en combates cuerpo a cuerpo sin importar el nombre que se le dé al arte marcial que estudia quien la aplica. 

viernes, 17 de septiembre de 2021

IKKYO

KATA DE JO PARA EL ESTUDIO DE IKKYO


Primer principio. Ikkyo es la primera técnica del Aikido, es una técnica de control o inmovilización contra el piso. Su forma más básica se aplica desde el ai hanmi katate dory (agarrar la mano del compañero por la muñeca del mismo lado: la mano derecha agarra la mano derecha o la mano izquierda agarra la izquierda). 

Ejecución: El kamae (guardia) adelanta la pierna izquierda doblada por la rodilla y ofrece la mano izquierda al compañero para que él tome la muñeca izquierda con su mano izquierda al tiempo que también hace la misma guardia. Una vez en las guardias, quien ha sido tomado por la muñeca (tori) se desplaza un poco la pierna izquierda hacia el lado izquierdo al tiempo que levanta la mano izquierda por encima de la cabeza y un poco apoyado sobre la mano del compañero (uke) y con la mano derecha toma el codo del brazo izquierdo de uke. Una vez apoyado el pie izquierdo en su nueva postura fuera de la linea de ataque avanza la pierna derecha al tiempo que baja ambas manos arrastrando el brazo de uke hacia el piso, atrás y al lado izquierdo usándolo como palanca para derríbarlo al frente de sí mismo. Luego se conduce al piso dando otro paso con la pierna izquierda y baja la postura llevando la rodilla derecha al piso mientras se conduce el hombro de uke contra el piso obligándolo a acostarse de prono dorsal (boca abajo) mientras se mantiene su brazo extendido llevándolo contra el piso al tiempo que baja la rodilla izquierda al piso ejerciendo un poco de presión contra el piso del pliego del codo retorciéndolo suave hacia sí mismo (tori) y la muñeca se retuerce suave hacia afuera del tori. Luego se hace lo mismo por el lado derecho.



martes, 18 de mayo de 2021

CONTINUIDAD DE CONSCIENCIA VS. RACIONALIDAD

En las artes marciales nos encontramos a veces con la disyuntiva entre “piense antes de actuar” y “hágalo sin pensar”. Pero, aunque nos movemos entre estos dos concejos de vida, lo cierto es que ambos son pertinentes en el contexto correspondiente. Por eso analicemos en qué contexto se debe pensar y en cuales actuar.

Por ejemplo, si usted tiene un compañero en el trabajo o estudio que en cierto momento lo insulta, lo adecuado es pensar primero cual puede ser la respuesta más adecuada a la ofensa. Lo primero que debe preguntarse es ¿Por qué me siento ofendido por sus palabras? Y segundo, ¿Cuál es la intensión de mi compañero con sus palabras? Pero si en vez de proferir una ofensa, este compañero se abalanza sobre usted con un cuchillo en su mano y con una actitud agresiva, no puedes ponerte a pensar ¿Cuál es la intensión de mi compañero? Por el contrario es posible que suceda cualquiera de estas cuatro situaciones: primero, que no te des cuenta y te apuñale, segundo, que te des cuenta y salgas corriendo huyendo del peligro, tercero que te des cuenta y reacciones contraatacándolo o cuarto, que ante la duda entre huir y luchar te paralices, en tal caso también serías apuñalado.

Y es que debemos actuar en consecuencia a las circunstancias que se presentan en el momento, no es lo mismo una ofensa verbal a una agresión física. En ocasiones algunos maestros hablan de que se debe hacer la técnica de forma consciente y al tiempo dicen que se debe pensar la técnica y sus pasos. En cierta medida, cuando el novato está aprendiendo una nueva técnica, debe pensar en sus pasos respectivos, pero a la larga y de acuerdo a estudios neurológicos, pensar una actividad física la hace torpe y lenta. Los grandes deportistas hacen sus actividades deportivas de manera automática, inconsciente. Igual, un maestro de artes marciales, no piensa la técnica, solo la hace, eso es tener consciencia de la técnica, más no es pensar cómo se hace, ya no es necesario pensarla. En situaciones de peligro no se puede pensar, hay que actuar, en los campeonatos no se puede pensar, hay que actuar, ser sensible a los acontecimientos y actuar en consecuencia, igual ante las amenazas o situaciones peligrosas.

El principal error de quien busca en las artes marciales defensa personal, es creer que la defensa personal consiste en aplicar técnicas al delincuente, entonces preguntan, ¿Qué técnica debo aplicar en esta u otra situación? Enseñar técnicas para la defensa es confundir al estudiante, es paralizarlo ante la situación real, porque surgirá la duda de si se debe aplicar esta o aquella técnica cuando un pillo le muestre un cuchillo. Algunos estudiantes de Aikido de aquí en Medellín han tenido la oportunidad de aplicar sus conocimientos en la calle: en cierta ocasión, a uno de ellos, saliendo del trabajo dos pillos lo abordaron, él solo reaccionó y le aplicó a uno de ellos un irimi nage, el pillo cayó de tal forma al piso que se rompió la cabeza quedando inconsciente, mientras el otros salió corriendo al ver el infortunio de su compinche. No es cuestión de saber, de pensar qué técnica se debe aplicar en tal o cual situación, es identificar las situaciones de riesgo y peligro y actuar en consecuencia. Yo mismo he tenido la oportunidad de aplicar mis conocimientos marciales en la calle: una ocasión iba en la mañana por una calle cuando un loco, tal vez en sus alucinaciones psicóticas provocadas por las drogas tomadas en la noche, se dejó venir encima de mí con un cuchillo en la mano, yo simplemente le grite y en la parálisis del reflejo de orientación tuve la oportunidad de escabullirme por un lado del tipo, sí sin aplicar más técnicas que un grito, el kiai es suficiente para la defensa, no se piensa en que debo hacer, solo hago lo que debo hacer según la situación lo amerita.

El Aikido enseña a desarrollar la continuidad de consciencia a partir de tres principios básicos aplicados en todas las técnicas: respiración profunda y consciente, propiocepción consciente y visión periférica, o dicho en términos japoneses del arte marcial, kokyu rokyu Yoseiho, kamae y zanshin. Sí, en Aikido toda técnica debe por lo menos contener estos tres principios, básicos para desarrollar los otros veintitantos que se aplican a lo largo de la práctica. La respiración profunda y consciente es fundamental en el autocontrol de la mente y el cuerpo en la ejecución de la técnica y la gestión emocional, la propiocepción consciente básica para el dominio de la postura y los movimientos de la se compone la técnica y la visión periférica para el dominio del espacio y del compañero.

En este sentido debemos comprender que la práctica del Aikido debe ser orientada al aprendizaje de los principios básicos, tanto físicos como mentales, del control de la técnica y del espíritu marcial, para que la efectividad de su ejecución surja de manera espontánea en el momento según ameriten las circunstancias del momento.


domingo, 18 de abril de 2021

SHU HA RI: EL CAMINO DE LA MAESTRÍA

 


Shu Ha Ri: El camino de la maestría

El shu Ha Ri es el método de enseñanza aprendizaje tradicional de las artes marciales japonesas, consiste en el método de transmisión de las habilidades de maestro a estudiante de tres etapas, donde Shu consiste en la imitación y ejecución del kata enseñada por el maestro. En esta etapa el estudiante debe procurar hacer los movimientos lo más parecido a lo que le muestra su maestro. Ha hace referencia a la etapa del cuestionamiento y desprendimiento del estudiante de su maestro. Por último el Ri consiste en la trascendencia, en la creatividad: el estudiante se vuelve maestro.

En este sentido Shu Ha Ri, da cuenta de que para aprender es necesario seguir una secuencia lógica de asimilación, cuestionamiento y creación. En el primer momento se debe escuchar, observar e imitar al maestro para asimilar y comprender la forma, para distinguir aquellas características que componen la técnica, por ejemplo no podría saber en qué consiste ikkyo si no hay un instructor o maestro que me lo enseñe (Algunos consideran que esta etapa debe durar por lo menos hasta el 4° Dan, pero me parece bastante exagerado que un estudiante deba esperar tanto tiempo para comprender la forma correcta. En mi opinión las tres etapas deben estar presente en todo el proceso de aprendizaje, el estudiante debe escuchar, observar y preguntar en todo momento de su desarrollo). Entonces se debe practicar la base en toda esta etapa, asimilarla, comprenderla, solo así puedo encontrar la forma correcta que se adapte a mi propia capacidad y habilidades, es decir, la forma básica está enmarcada en unas instrucciones específicas de ejecución de la técnica, sin embargo el estudiante, tal vez por sus condiciones físicas, que pueden ser diferentes a las de su maestro deba adaptar la técnica a estas condiciones, por ejemplo puede haber diferencias en talla y peso, en tal situación la ejecución técnica de cada uno puede variar un poco o mucho, pues no es lo mismo aplicarla a una persona de mayor talla a otra de una menor.

Así es como se ingresa a la segunda etapa: Ha, apartarse o cuestionar la técnica base, ¿Cómo adaptarla a mis condiciones físicas? Podría ser la primera pregunta, pues no es lo mismo una persona alta y pesada que otra baja y ágil, cada cual debe potenciar sus posibilidades y fortalecer sus desventajas. Si estoy ante alguien más fuerte, grande y pesado que yo ¿cómo debo aplicar la técnica para neutralizarlo? Si en  cambio estoy ante alguien más pequeño y débil, como por ejemplo un niño ¿Cómo aplico la técnica para protegerlo sin dejar de ser efectivo? (Quienes hemos trabajado con niños problemáticos sabemos que es difícil neutralizarlos y canalizar su energía). Entonces no es cuestionar la efectividad de la técnica, es comprenderla para buscar posibilidades reales de usarla con efectividad. No es cuestionar la enseñanza, es desentrañar sus más profundos secretos desde sí mismo, desde la experiencia de la práctica.

Ri, trascendencia, es la evolución y el crecimiento personal del practicante, es el tercer paso del desarrollo de la maestría, en el aprendizaje. Es el momento de ser creativo, de aportar del propio ser a la humanidad, sin embargo esta etapa no es alcanzada si no por unos pocos, la gran mayoría solo alcanza a adaptar la técnica aprendida a su propio estilo. Crear un nuevo arte, transformar la técnica a algo nuevo no es fácil, pues consiste en trascender más allá de lo rutinario y cotidiano, por ejemplo, las artes marciales son por excelencia la habilidad para la guerra, se han visto desde siempre como las habilidades para el combate y en general son consideras letales. Su contundencia para aniquilar y matar es destacada, y como herramientas de paz, eran usadas en el sentido de persuadir al enemigo de no atacar en tanto se tiene la capacidad para responder, de defenderse. Sin embargo, el Aikido (en mi opinión) es el primer arte marcial que busca la efectividad marcial reduciendo el riesgo de hacer daño al agresor y su filosofía es la unidad con el compañero, la armonía, en tanto que no busca vencerlo, solo neutralizar y buscar los beneficios de ambos lados en la resolución del conflicto.

En cierta medida la última etapa solo la alcanzan grandes maestro como O’sensei Morihei Ueshiba, que trascienden el arte marcial, no solo ha creado un nuevo estilo, sino que ha trasformado las artes marciales en una verdadera arte de paz, que armoniza y reconcilia a los hermanos. 

sábado, 13 de marzo de 2021

RECIBIR UKEMI SIN CAER

 


Los practicantes de aikido se destacan por el ukemi, el arte de recibir la técnica, recibir con el cuerpo. Sin embargo la confusión con respecto al concepto nos ha llevado a ser excelentes en hacer caídas, por ejemplo, yo soy de los que he sido bastante acrobático, y les exijo a mis estudiantes, por los menos a los estudiantes jóvenes, desarrollar estas habilidades acrobáticas para un buen desempeño del ukemi durante la práctica. Sin embargo caer no es la única opción para recibir una técnica de Aikido.

Ukemi, uke, es recibir, por ejemplo en karate uke hace referencia al bloqueo. Y si lo pensamos bien, en aikido no existe el tori si somos estrictos en la idea de que el aikido es un arte de paz, utilizado para la defensa. Eso genera esa idea de que uke ataca para recibir una técnica, para caer, entonces no es un agresor, no es tori. Y tampoco lo es quien aplica la técnica, en el sentido que la misma es una respuesta a un ataque, es decir, recibe un ataque, por tanto es uke y no tori. El binomio uke-tori desaparece para ser solo uke. Por eso en aikido no hay combate, solo práctica.

Pero más allá de la idea de recibir el ataque con una contratécnica, el ukemi, en mi opinión, no siempre es una caída, después de todo no siempre tenemos la oportunidad de practicar en un espacio adecuado, sobre todo los que por motivos de la pandemia que nos ha distanciado del tatami, nos ha tocado practicar en espacios reducidos, sin lugares adecuados para caer, sin embargo aun así, debemos recibir ukemi. Sí, es posible recibir el ukemi sin caer y sin bloquear la técnica.

Pero antes hablemos del centro, tanden, el punto uno o tal vez, o el centro de gravedad. Bien sabemos, quienes conocen de física, que una caída se produce cuando el centro de gravedad queda fuera de la base de apoyo, que en el ser humano, son sus pies. Pero sacarlo de ahí no es fácil, ya que los seres animados como el hombre tienden a reaccionar ante el desequilibrio, es decir, tiende a recuperar el equilibrio con diferentes estrategias, como hacer contrapeso, mover los pies o bajar aún más su centro de equilibrio, eso es mantener el centro, como dirían algunos instructores. Y es aquí donde se presentan errores de apreciación, porque digamos, cuando alguien recibe, por ejemplo, ikkyo suele sacar la cadera como contrapeso para recuperar el equilibrio, no es algo voluntario, es la respuesta correcta ante ese desequilibrio, sin embargo hay instructores que tiende a corregir esto diciendo que se debe mantener el centro, es decir, mantener el centro de gravedad justo en el punto físico que se supone está, debajo del ombligo. En otras palabras se debe caer sí o sí.

También hay que tener en cuenta que el centro de gravedad no siempre está en el cuerpo físico, como punto imaginario, puede estar fuera del cuerpo. En el caso del uke, podría estar ese centro de gravedad en el tori, pues de cierta forma un buen aikidoka logra desplazar el centro de gravedad de uke hacia su propio centro para que coincidan y así controlarlo. Y ese es un detalle que el uke debe tener muy en cuenta para no perder su propio equilibrio y al aceptar que su centro de gravedad es su compañero, por ello puede mantener su centro. Este detalle es interesante e importante para mantener la armonía de la técnica.

En cierta medida, se puede decir que el aikidoka, el uke, no cae, sino que rueda al conservar  su centro donde debe estar en cada momento de la ejecución de la técnica y, al rodar ese centro se ubica en un punto en el centro del eje de rotación del cuerpo, que al curvarse, al volverse una bola, se crea un eje en el aire que el cuerpo encierra al rodar, de tal manera que el uke cae de pie, al finalizar el rodamiento cuando los pies llegan nuevamente al piso.

Está claro con todo este análisis, que el centro de gravedad es dinámico y variable en el movimiento, se desplaza de tal manera que el uke debe ser proactivo y adaptarse a tal situación para mantener su equilibrio, para no permitir que su compañero lo derribe y poder hacer la “caída” a su conveniencia y comodidad para que sea segura y reducir el riesgo de lesiones al contacto con el piso.

jueves, 29 de octubre de 2020

AIKIDO PARA NIÑOS



 Entre las actividades físicas recomendadas para los niños se encuentras las artes marciales, puesto que con ellas ellos desarrollan habilidades de defensa y autocontrol favoreciendo la toma decisiones y el desarrollo de habilidades motoras como la coordinación, el equilibrio, además de reflejos o respuestas rápidas a estímulos externos.

El Aikido, como arte marcial enmarcada en una filosofía humanista, se encamina a formar estudiantes en un ambiente de cordialidad y respeto por sí mismo, los compañeros y el medio ambiente donde entienden que el compañero es necesario para alcanzar sus metas.

Por ser el Aikido  un arte marcial no violento, el niño aprende a controlar sus impulsos agresivos evitando con ello ser iniciadores de situaciones conflictivas, buscando más bien la cooperación con los compañeros. Y si se encuentran envueltos en esas situaciones difíciles podrá enfrentarlas con calma y buscará neutralizar al agresor reduciendo el riesgo de hacerle daño o resultar dañado. Precisamente, es esta habilidad de canalizar la agresión del adversario (aunque sea más grande) favorecerá su autoestima.

Por supuesto estas habilidades de mantener la calma, de autocontrol y cooperación, así como la etiqueta practicada en el dojo de Aikido, debe reflejarse en otros ambientes sociales del niño como la casa y la escuela por lo que podría aumentar exponencialmente su rendimiento escolar y mejorar las relaciones con sus compañeros y demás miembros de la familia.

 

 

miércoles, 15 de julio de 2020

Senshin (先 心): La mente iluminada


En primer lugar se debe tener en cuenta que Shin () es un concepto muy amplio que abarca tanto la mente, el corazón y el espíritu, porque después de todo para el japonés no hay diferenciación entre todos estos términos porque son uno en el sentido profundo de su significado.

La iluminación es el fin último de la meditación zen, y también de la práctica del Aikido, el budo y, de hecho, de todas las artes orientales que encuentran en sus actividades la oportunidad de alcanzar la maestría y la vía de auto superación. Senshin, es la trascendencia que abarca y replica todos los otros espíritus del budo y que no se puede nombrar o comprender con la razón, porque no es racional, es eso y mucho más.

En el senshin se reconoce, se comprende y se siente la conexión universal de todos los seres existentes por lo que el respeto y protección de la naturaleza y todos sus seres se da de manera espontánea,  simple, natural y fluida: nada es malo, nada es bueno, el mundo solo es lo que es, solo hay que observarlo; la vida solo hay que vivirla.

Ser UNO con el universo es cumplir esa función de observador que vive, siente y expresa su naturaleza en cada uno de sus actos, nada especial, sin embargo una forma de existir muy difícil de aceptar y de comprender que, para algunos, requiere de toda una vida de práctica y entrenamiento, y para muchos pasa sin darse cuenta, sin despertar. Y aun así, los maestros zen describen como algo natural, la iluminación debe darse incluso antes del despertar, de iluminarse, es reconocer el camino y transitarlo, observarlo y expresarse en el flujo de la vida misma.

¿Es el Aikido un arte marcial meramente defensivo?

 Cuando yo empecé a practicar artes marciales, más exactamente Taekwondo, mi profesor solía decir que “deberíamos usarlo únicamente como def...