viernes, 17 de septiembre de 2021

IKKYO

KATA DE JO PARA EL ESTUDIO DE IKKYO


Primer principio. Ikkyo es la primera técnica del Aikido, es una técnica de control o inmovilización contra el piso. Su forma más básica se aplica desde el ai hanmi katate dory (agarrar la mano del compañero por la muñeca del mismo lado: la mano derecha agarra la mano derecha o la mano izquierda agarra la izquierda). 

Ejecución: El kamae (guardia) adelanta la pierna izquierda doblada por la rodilla y ofrece la mano izquierda al compañero para que él tome la muñeca izquierda con su mano izquierda al tiempo que también hace la misma guardia. Una vez en las guardias, quien ha sido tomado por la muñeca (tori) se desplaza un poco la pierna izquierda hacia el lado izquierdo al tiempo que levanta la mano izquierda por encima de la cabeza y un poco apoyado sobre la mano del compañero (uke) y con la mano derecha toma el codo del brazo izquierdo de uke. Una vez apoyado el pie izquierdo en su nueva postura fuera de la linea de ataque avanza la pierna derecha al tiempo que baja ambas manos arrastrando el brazo de uke hacia el piso, atrás y al lado izquierdo usándolo como palanca para derríbarlo al frente de sí mismo. Luego se conduce al piso dando otro paso con la pierna izquierda y baja la postura llevando la rodilla derecha al piso mientras se conduce el hombro de uke contra el piso obligándolo a acostarse de prono dorsal (boca abajo) mientras se mantiene su brazo extendido llevándolo contra el piso al tiempo que baja la rodilla izquierda al piso ejerciendo un poco de presión contra el piso del pliego del codo retorciéndolo suave hacia sí mismo (tori) y la muñeca se retuerce suave hacia afuera del tori. Luego se hace lo mismo por el lado derecho.



martes, 18 de mayo de 2021

CONTINUIDAD DE CONSCIENCIA VS. RACIONALIDAD

En las artes marciales nos encontramos a veces con la disyuntiva entre “piense antes de actuar” y “hágalo sin pensar”. Pero, aunque nos movemos entre estos dos concejos de vida, lo cierto es que ambos son pertinentes en el contexto correspondiente. Por eso analicemos en qué contexto se debe pensar y en cuales actuar.

Por ejemplo, si usted tiene un compañero en el trabajo o estudio que en cierto momento lo insulta, lo adecuado es pensar primero cual puede ser la respuesta más adecuada a la ofensa. Lo primero que debe preguntarse es ¿Por qué me siento ofendido por sus palabras? Y segundo, ¿Cuál es la intensión de mi compañero con sus palabras? Pero si en vez de proferir una ofensa, este compañero se abalanza sobre usted con un cuchillo en su mano y con una actitud agresiva, no puedes ponerte a pensar ¿Cuál es la intensión de mi compañero? Por el contrario es posible que suceda cualquiera de estas cuatro situaciones: primero, que no te des cuenta y te apuñale, segundo, que te des cuenta y salgas corriendo huyendo del peligro, tercero que te des cuenta y reacciones contraatacándolo o cuarto, que ante la duda entre huir y luchar te paralices, en tal caso también serías apuñalado.

Y es que debemos actuar en consecuencia a las circunstancias que se presentan en el momento, no es lo mismo una ofensa verbal a una agresión física. En ocasiones algunos maestros hablan de que se debe hacer la técnica de forma consciente y al tiempo dicen que se debe pensar la técnica y sus pasos. En cierta medida, cuando el novato está aprendiendo una nueva técnica, debe pensar en sus pasos respectivos, pero a la larga y de acuerdo a estudios neurológicos, pensar una actividad física la hace torpe y lenta. Los grandes deportistas hacen sus actividades deportivas de manera automática, inconsciente. Igual, un maestro de artes marciales, no piensa la técnica, solo la hace, eso es tener consciencia de la técnica, más no es pensar cómo se hace, ya no es necesario pensarla. En situaciones de peligro no se puede pensar, hay que actuar, en los campeonatos no se puede pensar, hay que actuar, ser sensible a los acontecimientos y actuar en consecuencia, igual ante las amenazas o situaciones peligrosas.

El principal error de quien busca en las artes marciales defensa personal, es creer que la defensa personal consiste en aplicar técnicas al delincuente, entonces preguntan, ¿Qué técnica debo aplicar en esta u otra situación? Enseñar técnicas para la defensa es confundir al estudiante, es paralizarlo ante la situación real, porque surgirá la duda de si se debe aplicar esta o aquella técnica cuando un pillo le muestre un cuchillo. Algunos estudiantes de Aikido de aquí en Medellín han tenido la oportunidad de aplicar sus conocimientos en la calle: en cierta ocasión, a uno de ellos, saliendo del trabajo dos pillos lo abordaron, él solo reaccionó y le aplicó a uno de ellos un irimi nage, el pillo cayó de tal forma al piso que se rompió la cabeza quedando inconsciente, mientras el otros salió corriendo al ver el infortunio de su compinche. No es cuestión de saber, de pensar qué técnica se debe aplicar en tal o cual situación, es identificar las situaciones de riesgo y peligro y actuar en consecuencia. Yo mismo he tenido la oportunidad de aplicar mis conocimientos marciales en la calle: una ocasión iba en la mañana por una calle cuando un loco, tal vez en sus alucinaciones psicóticas provocadas por las drogas tomadas en la noche, se dejó venir encima de mí con un cuchillo en la mano, yo simplemente le grite y en la parálisis del reflejo de orientación tuve la oportunidad de escabullirme por un lado del tipo, sí sin aplicar más técnicas que un grito, el kiai es suficiente para la defensa, no se piensa en que debo hacer, solo hago lo que debo hacer según la situación lo amerita.

El Aikido enseña a desarrollar la continuidad de consciencia a partir de tres principios básicos aplicados en todas las técnicas: respiración profunda y consciente, propiocepción consciente y visión periférica, o dicho en términos japoneses del arte marcial, kokyu rokyu Yoseiho, kamae y zanshin. Sí, en Aikido toda técnica debe por lo menos contener estos tres principios, básicos para desarrollar los otros veintitantos que se aplican a lo largo de la práctica. La respiración profunda y consciente es fundamental en el autocontrol de la mente y el cuerpo en la ejecución de la técnica y la gestión emocional, la propiocepción consciente básica para el dominio de la postura y los movimientos de la se compone la técnica y la visión periférica para el dominio del espacio y del compañero.

En este sentido debemos comprender que la práctica del Aikido debe ser orientada al aprendizaje de los principios básicos, tanto físicos como mentales, del control de la técnica y del espíritu marcial, para que la efectividad de su ejecución surja de manera espontánea en el momento según ameriten las circunstancias del momento.


domingo, 18 de abril de 2021

SHU HA RI: EL CAMINO DE LA MAESTRÍA

 


Shu Ha Ri: El camino de la maestría

El shu Ha Ri es el método de enseñanza aprendizaje tradicional de las artes marciales japonesas, consiste en el método de transmisión de las habilidades de maestro a estudiante de tres etapas, donde Shu consiste en la imitación y ejecución del kata enseñada por el maestro. En esta etapa el estudiante debe procurar hacer los movimientos lo más parecido a lo que le muestra su maestro. Ha hace referencia a la etapa del cuestionamiento y desprendimiento del estudiante de su maestro. Por último el Ri consiste en la trascendencia, en la creatividad: el estudiante se vuelve maestro.

En este sentido Shu Ha Ri, da cuenta de que para aprender es necesario seguir una secuencia lógica de asimilación, cuestionamiento y creación. En el primer momento se debe escuchar, observar e imitar al maestro para asimilar y comprender la forma, para distinguir aquellas características que componen la técnica, por ejemplo no podría saber en qué consiste ikkyo si no hay un instructor o maestro que me lo enseñe (Algunos consideran que esta etapa debe durar por lo menos hasta el 4° Dan, pero me parece bastante exagerado que un estudiante deba esperar tanto tiempo para comprender la forma correcta. En mi opinión las tres etapas deben estar presente en todo el proceso de aprendizaje, el estudiante debe escuchar, observar y preguntar en todo momento de su desarrollo). Entonces se debe practicar la base en toda esta etapa, asimilarla, comprenderla, solo así puedo encontrar la forma correcta que se adapte a mi propia capacidad y habilidades, es decir, la forma básica está enmarcada en unas instrucciones específicas de ejecución de la técnica, sin embargo el estudiante, tal vez por sus condiciones físicas, que pueden ser diferentes a las de su maestro deba adaptar la técnica a estas condiciones, por ejemplo puede haber diferencias en talla y peso, en tal situación la ejecución técnica de cada uno puede variar un poco o mucho, pues no es lo mismo aplicarla a una persona de mayor talla a otra de una menor.

Así es como se ingresa a la segunda etapa: Ha, apartarse o cuestionar la técnica base, ¿Cómo adaptarla a mis condiciones físicas? Podría ser la primera pregunta, pues no es lo mismo una persona alta y pesada que otra baja y ágil, cada cual debe potenciar sus posibilidades y fortalecer sus desventajas. Si estoy ante alguien más fuerte, grande y pesado que yo ¿cómo debo aplicar la técnica para neutralizarlo? Si en  cambio estoy ante alguien más pequeño y débil, como por ejemplo un niño ¿Cómo aplico la técnica para protegerlo sin dejar de ser efectivo? (Quienes hemos trabajado con niños problemáticos sabemos que es difícil neutralizarlos y canalizar su energía). Entonces no es cuestionar la efectividad de la técnica, es comprenderla para buscar posibilidades reales de usarla con efectividad. No es cuestionar la enseñanza, es desentrañar sus más profundos secretos desde sí mismo, desde la experiencia de la práctica.

Ri, trascendencia, es la evolución y el crecimiento personal del practicante, es el tercer paso del desarrollo de la maestría, en el aprendizaje. Es el momento de ser creativo, de aportar del propio ser a la humanidad, sin embargo esta etapa no es alcanzada si no por unos pocos, la gran mayoría solo alcanza a adaptar la técnica aprendida a su propio estilo. Crear un nuevo arte, transformar la técnica a algo nuevo no es fácil, pues consiste en trascender más allá de lo rutinario y cotidiano, por ejemplo, las artes marciales son por excelencia la habilidad para la guerra, se han visto desde siempre como las habilidades para el combate y en general son consideras letales. Su contundencia para aniquilar y matar es destacada, y como herramientas de paz, eran usadas en el sentido de persuadir al enemigo de no atacar en tanto se tiene la capacidad para responder, de defenderse. Sin embargo, el Aikido (en mi opinión) es el primer arte marcial que busca la efectividad marcial reduciendo el riesgo de hacer daño al agresor y su filosofía es la unidad con el compañero, la armonía, en tanto que no busca vencerlo, solo neutralizar y buscar los beneficios de ambos lados en la resolución del conflicto.

En cierta medida la última etapa solo la alcanzan grandes maestro como O’sensei Morihei Ueshiba, que trascienden el arte marcial, no solo ha creado un nuevo estilo, sino que ha trasformado las artes marciales en una verdadera arte de paz, que armoniza y reconcilia a los hermanos. 

sábado, 13 de marzo de 2021

RECIBIR UKEMI SIN CAER

 


Los practicantes de aikido se destacan por el ukemi, el arte de recibir la técnica, recibir con el cuerpo. Sin embargo la confusión con respecto al concepto nos ha llevado a ser excelentes en hacer caídas, por ejemplo, yo soy de los que he sido bastante acrobático, y les exijo a mis estudiantes, por los menos a los estudiantes jóvenes, desarrollar estas habilidades acrobáticas para un buen desempeño del ukemi durante la práctica. Sin embargo caer no es la única opción para recibir una técnica de Aikido.

Ukemi, uke, es recibir, por ejemplo en karate uke hace referencia al bloqueo. Y si lo pensamos bien, en aikido no existe el tori si somos estrictos en la idea de que el aikido es un arte de paz, utilizado para la defensa. Eso genera esa idea de que uke ataca para recibir una técnica, para caer, entonces no es un agresor, no es tori. Y tampoco lo es quien aplica la técnica, en el sentido que la misma es una respuesta a un ataque, es decir, recibe un ataque, por tanto es uke y no tori. El binomio uke-tori desaparece para ser solo uke. Por eso en aikido no hay combate, solo práctica.

Pero más allá de la idea de recibir el ataque con una contratécnica, el ukemi, en mi opinión, no siempre es una caída, después de todo no siempre tenemos la oportunidad de practicar en un espacio adecuado, sobre todo los que por motivos de la pandemia que nos ha distanciado del tatami, nos ha tocado practicar en espacios reducidos, sin lugares adecuados para caer, sin embargo aun así, debemos recibir ukemi. Sí, es posible recibir el ukemi sin caer y sin bloquear la técnica.

Pero antes hablemos del centro, tanden, el punto uno o tal vez, o el centro de gravedad. Bien sabemos, quienes conocen de física, que una caída se produce cuando el centro de gravedad queda fuera de la base de apoyo, que en el ser humano, son sus pies. Pero sacarlo de ahí no es fácil, ya que los seres animados como el hombre tienden a reaccionar ante el desequilibrio, es decir, tiende a recuperar el equilibrio con diferentes estrategias, como hacer contrapeso, mover los pies o bajar aún más su centro de equilibrio, eso es mantener el centro, como dirían algunos instructores. Y es aquí donde se presentan errores de apreciación, porque digamos, cuando alguien recibe, por ejemplo, ikkyo suele sacar la cadera como contrapeso para recuperar el equilibrio, no es algo voluntario, es la respuesta correcta ante ese desequilibrio, sin embargo hay instructores que tiende a corregir esto diciendo que se debe mantener el centro, es decir, mantener el centro de gravedad justo en el punto físico que se supone está, debajo del ombligo. En otras palabras se debe caer sí o sí.

También hay que tener en cuenta que el centro de gravedad no siempre está en el cuerpo físico, como punto imaginario, puede estar fuera del cuerpo. En el caso del uke, podría estar ese centro de gravedad en el tori, pues de cierta forma un buen aikidoka logra desplazar el centro de gravedad de uke hacia su propio centro para que coincidan y así controlarlo. Y ese es un detalle que el uke debe tener muy en cuenta para no perder su propio equilibrio y al aceptar que su centro de gravedad es su compañero, por ello puede mantener su centro. Este detalle es interesante e importante para mantener la armonía de la técnica.

En cierta medida, se puede decir que el aikidoka, el uke, no cae, sino que rueda al conservar  su centro donde debe estar en cada momento de la ejecución de la técnica y, al rodar ese centro se ubica en un punto en el centro del eje de rotación del cuerpo, que al curvarse, al volverse una bola, se crea un eje en el aire que el cuerpo encierra al rodar, de tal manera que el uke cae de pie, al finalizar el rodamiento cuando los pies llegan nuevamente al piso.

Está claro con todo este análisis, que el centro de gravedad es dinámico y variable en el movimiento, se desplaza de tal manera que el uke debe ser proactivo y adaptarse a tal situación para mantener su equilibrio, para no permitir que su compañero lo derribe y poder hacer la “caída” a su conveniencia y comodidad para que sea segura y reducir el riesgo de lesiones al contacto con el piso.

¿Es el Aikido un arte marcial meramente defensivo?

 Cuando yo empecé a practicar artes marciales, más exactamente Taekwondo, mi profesor solía decir que “deberíamos usarlo únicamente como def...