El control emocional es de mucha importancia para el
practicante de Aikido ya que dejarse dominar por las emociones podría
desencadenar una serie de eventos desafortunados en la práctica o en
situaciones estresantes y conflictivas.
El concepto “shin” que banalmente se nos traduce como
“espíritu”, “mente” o “corazón” realmente hace referencia a ese mundo interno
que compone todos esos conceptos, por tal, el fudoshin hace referencia a ese
control emocional o escudo emocional de mantener un buen estado de ánimo a
pesar de las situaciones estresantes que se presenten en la vida.
La práctica del Aikido, más allá de las técnicas, es una
educación del control emocional: eso de moderar el uso de la fuerza, de tener
autocontrol, de forjar el carácter son principios esenciales de un guerrero, de
un aikidoka y es lo que debe ocurrir con la práctica misma cuando el estudiante
comprende lo innecesario del uso de la
fuerza en la ejecución de una técnica de Aikido o en una disputa.
![](https://i.pinimg.com/originals/e8/48/c6/e848c64be5248f8f6fad558c15189213.jpg)
Alguna vez por las redes sociales un compañero preguntaba sí
es posible enseñar la filosofía de un arte marcial sin el discurso que lo
sustenta, es decir, si su filosofía se sostiene por la práctica física sin
hablar de etiquetas y valores. La respuesta inmediata que pensé fue que no es
posible, toda acción humana no existe fuera del discurso que la sustenta, sin
embargo el Aikido, bajo la orientación de un gran maestro tal vez es posible,
en el sentido que si este enseña a controlar la respiración como base de la
técnica misma, ya de por sí el estudiante está aprendiendo el autocontrol de
sí, al ser consciente de su ritmo respiratorio sincronizado con los movimientos
del cuerpo y la mente, aprende a moderar la fuerza al punto que la ejecución de
la técnica puede aplicarse de modo suave y seguro para su compañero de tal
manera que pueda recibir la caída reduciendo el riesgo de lesionarse.
Fudoshin, la mente imperturbable es esa habilidad de
mantener el estado de ánimo, el control durante la ejecución de la técnica y en
las discusiones. Es una habilidad que puede darse de modo natural si la
respiración se hace de modo consciente, profundo y enérgico en sincronía con
los movimientos del cuerpo y de la mente. No es solo mantener la calma, es
mantener la acción que corresponde a las exigencias de la situación presente
del momento.
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