En primer lugar se debe tener en cuenta que Shin (心) es un concepto muy amplio que abarca tanto la mente, el
corazón y el espíritu, porque después de todo para el japonés no hay
diferenciación entre todos estos términos porque son uno en el sentido profundo
de su significado.
La iluminación es el fin último de la meditación zen, y
también de la práctica del Aikido, el budo y, de hecho, de todas las artes
orientales que encuentran en sus actividades la oportunidad de alcanzar la
maestría y la vía de auto superación. Senshin, es la trascendencia que abarca y
replica todos los otros espíritus del budo y que no se puede nombrar o
comprender con la razón, porque no es racional, es eso y mucho más.
En el senshin se reconoce, se comprende y se siente la
conexión universal de todos los seres existentes por lo que el respeto y
protección de la naturaleza y todos sus seres se da de manera espontánea, simple, natural y fluida: nada es malo, nada
es bueno, el mundo solo es lo que es, solo hay que observarlo; la vida solo hay
que vivirla.
Ser UNO con el universo es cumplir esa función de observador
que vive, siente y expresa su naturaleza en cada uno de sus actos, nada
especial, sin embargo una forma de existir muy difícil de aceptar y de
comprender que, para algunos, requiere de toda una vida de práctica y
entrenamiento, y para muchos pasa sin darse cuenta, sin despertar. Y aun así,
los maestros zen describen como algo natural, la iluminación debe darse incluso
antes del despertar, de iluminarse, es reconocer el camino y transitarlo,
observarlo y expresarse en el flujo de la vida misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario