Los practicantes de aikido se destacan por el ukemi, el arte de recibir la técnica, recibir con el cuerpo. Sin embargo la confusión con respecto al concepto nos ha llevado a ser excelentes en hacer caídas, por ejemplo, yo soy de los que he sido bastante acrobático, y les exijo a mis estudiantes, por los menos a los estudiantes jóvenes, desarrollar estas habilidades acrobáticas para un buen desempeño del ukemi durante la práctica. Sin embargo caer no es la única opción para recibir una técnica de Aikido.
Ukemi, uke, es recibir, por ejemplo en karate uke hace
referencia al bloqueo. Y si lo pensamos bien, en aikido no existe el tori si
somos estrictos en la idea de que el aikido es un arte de paz, utilizado para
la defensa. Eso genera esa idea de que uke ataca para recibir una técnica, para
caer, entonces no es un agresor, no es tori. Y tampoco lo es quien aplica la
técnica, en el sentido que la misma es una respuesta a un ataque, es decir,
recibe un ataque, por tanto es uke y no tori. El binomio uke-tori desaparece
para ser solo uke. Por eso en aikido no hay combate, solo práctica.
Pero más allá de la idea de recibir el ataque con una
contratécnica, el ukemi, en mi opinión, no siempre es una caída, después de
todo no siempre tenemos la oportunidad de practicar en un espacio adecuado,
sobre todo los que por motivos de la pandemia que nos ha distanciado del tatami,
nos ha tocado practicar en espacios reducidos, sin lugares adecuados para caer,
sin embargo aun así, debemos recibir ukemi. Sí, es posible recibir el ukemi sin
caer y sin bloquear la técnica.
Pero antes hablemos del centro, tanden, el punto uno o tal
vez, o el centro de gravedad. Bien sabemos, quienes conocen de física, que una
caída se produce cuando el centro de gravedad queda fuera de la base de apoyo,
que en el ser humano, son sus pies. Pero sacarlo de ahí no es fácil, ya que los
seres animados como el hombre tienden a reaccionar ante el desequilibrio, es
decir, tiende a recuperar el equilibrio con diferentes estrategias, como hacer
contrapeso, mover los pies o bajar aún más su centro de equilibrio, eso es
mantener el centro, como dirían algunos instructores. Y es aquí donde se
presentan errores de apreciación, porque digamos, cuando alguien recibe, por
ejemplo, ikkyo suele sacar la cadera como contrapeso para recuperar el
equilibrio, no es algo voluntario, es la respuesta correcta ante ese
desequilibrio, sin embargo hay instructores que tiende a corregir esto diciendo
que se debe mantener el centro, es decir, mantener el centro de gravedad justo
en el punto físico que se supone está, debajo del ombligo. En otras palabras se
debe caer sí o sí.
También hay que tener en cuenta que el centro de gravedad no
siempre está en el cuerpo físico, como punto imaginario, puede estar fuera del
cuerpo. En el caso del uke, podría estar ese centro de gravedad en el tori,
pues de cierta forma un buen aikidoka logra desplazar el centro de gravedad de
uke hacia su propio centro para que coincidan y así controlarlo. Y ese es un
detalle que el uke debe tener muy en cuenta para no perder su propio equilibrio
y al aceptar que su centro de gravedad es su compañero, por ello puede mantener
su centro. Este detalle es interesante e importante para mantener la armonía de
la técnica.
En cierta medida, se puede decir que el aikidoka, el uke, no
cae, sino que rueda al conservar su
centro donde debe estar en cada momento de la ejecución de la técnica y, al
rodar ese centro se ubica en un punto en el centro del eje de rotación del
cuerpo, que al curvarse, al volverse una bola, se crea un eje en el aire que el
cuerpo encierra al rodar, de tal manera que el uke cae de pie, al finalizar el
rodamiento cuando los pies llegan nuevamente al piso.
Está claro con todo este análisis, que el centro de gravedad
es dinámico y variable en el movimiento, se desplaza de tal manera que el uke
debe ser proactivo y adaptarse a tal situación para mantener su equilibrio,
para no permitir que su compañero lo derribe y poder hacer la “caída” a su
conveniencia y comodidad para que sea segura y reducir el riesgo de lesiones al
contacto con el piso.