Demostración de O Sensei sobre el poder del ki y
y de su excelente postura
Cuando
en artes marciales se habla de postura, por lo general se hace referencia a la
guardia, es decir a una postura de atención y alerta en el combate. Cada arte
marcial tiene sus guardias con ciertas características propias del fundador o
del maestro que encabeza el estilo.
Hay una
gran cantidad de guardias según el momento y necesidades que se presentan en el
combate. De tal modo que las guardias o posturas van desde la postura relajada y
natural hasta la de máxima alerta. Hay guardia adelante, atrás, de jinete entre
otras dependiendo de la forma de ubicar los pies en relación con la dirección
del cuerpo y su colocación espacial y su proyección de tal manera que el
artista marcial refleja su intención y disposición al combate que invita al
contrincante a la lucha o huida.
En aikido
se observa la postura adelante alineando las piernas una detrás de otra,
doblando la pierna de adelante y estirando la de atrás, con una guardia de
manos estiradas hacia adelante con una ubicación de ellas como si estuviera
tomando la katana entre sus manos pero sin cerrar las manos. Sin embargo, el
aspecto más importante no es la forma misma de la guardia, tal como se observa
en la mayoría de maestros en su exhibiciones de aikido, los cuales suelen
asumir una postura relajada y natural, la que podríamos deducir que es la
denominada guardia no guardia, es decir un tipo de guardia ambigua donde
aparentemente este luce descuidado sin embargo refleja una concentración y
atención a todo su entorno que es difícil pretender atacarlo. Esto nos lleva a
deducir que la postura no está centrada en la forma de la guardia sino en una actitud
que enviste todo el cuerpo y refleja una profunda concentración.
Por
supuesto la postura tiene que ver con la actitud, con atender las
recomendaciones de los maestros de mantener el peso abajo, estar completamente
relajado y proyectar el ki hacia afuera. De tal manera que el cuerpo está
firmemente anclado al piso y con la flexibilidad suficiente para responder a los
ataques en la fluidez del movimiento que exige el combate. La postura es,
entonces, algo más que la guardia, es la actitud y la disposición para hacer
frente a las adversidades sin descomponerse, es la posibilidad de ejecutar la
técnica manteniendo la compostura y los principios básicos para esta. Por eso
cuando su instructor le exija mantener la postura, obsérvese a sí mismo y
mantenga la atención sobre su propio cuerpo y sobre la ubicación de cada parte
de su cuerpo para comprender como se puede mover con total libertad, sin que
tomar a su compañero para ejecutar la técnica sea un problema para desplazarse
y desplazarlo en la realización del ejercicio, en la realización de su defensa.