CLUB AIKIDO CIUDAD DE MEDELLÍN
FUDOSHIN AIKIDO DOJO:
Aikido, Aikitaiso y defensa personal en Medellín. Coliseo de Combate, Estadio y Coliseo Ditaires "El Cubo" Itagüí. Entrenador personal en casa.
En el combate cuerpo a cuerpo, hay 4 estrategias de lucha: inmovilizar, proyectar, golpear y cortar.
en la lección de hoy hablaremos del corte.
Cortar es algo más que atravesar la carne con la katana, debe ser una trasmisión de energía que atraviesa al contrincante, de tal manera que si estamos desarmados aun podemos cortar la agresión de una persona que nos ataca.
Como lo demuestra este gran maestro del iaido, en cada corte debe haber una proyección de energía que atraviesa al compañero, de tal manera que este es proyectado lejos o contra el suelo por efecto de una honda de energía que fluye desde el tamden del maestro.
Las enseñanzas y palabras del maestro son claras en el vídeo, por lo que considero que no es necesario que deba agregar más.
El concepto aiki es un concepto bastante vago y
difícil de comprender, sobre todo cuando el término es extraído de la filosofía
y transpolado al arte marcial. El concepto aiki es un concepto ideológico
puesto en un medio físico que hace que practicar Aikido sea difícil de lograr
en la magnitud que implica el término. Es decir por ejemplo, taekwondo en la
aseveración del término (la vía del golpe y la patada) es fácil asimilarlo como
arte marcial, pues señala que es un arte que se especializa en golpear. Pero
cuando el arte se especializa en armonizarse con el oponente no es clara su
postura como arte marcial.
Antes de continuar con el pensamiento que aquí
se presenta, es bueno tener en cuenta las implicaciones que acarrea ciertos términos
que circundan el tema, y es con respecto a conceptos de budo y arte marcial que
son asimilados en nuestro medio como similares, aunque no lo son, pues hay
profundas connotaciones en los términos que los diferencia. Pues el arte de la
guerra señala las habilidades que el guerrero debe tener, mientras que budo (la
vía del guerrero) apunta al espíritu que debe cultivar el guerrero, esa es la
vía que apunta el do. Por eso, el samurai más allá de sus habilidades técnicas,
es el código de honor lo que lo convierte en un guerrero, diferente al soldado.
Después de todo, los guerreros de todo el mundo han desarrollado sus
habilidades técnicas para el combate, y eso de atribuirles únicamente a las
orientales habilidades en artes marciales es un error conceptual. Sin embargo
hay algo especial en el estilo de combate de origen oriental que lo hace
distinto al resto de artes guerreras, y es precisamente que es una vía para el
mejoramiento espiritual, por lo que la perfección de la kata, es decir que la
forma esta por encima de la efectividad. Teniendo en cuenta que, la actual práctica de las artes
marciales no esta dirigido al desarrollo de las habilidades combativas del
guerrero ― ya que el combate cuerpo a cuerpo no
es razonable con los actuales armamentos que poseen los ejércitos ― sino
que esta dirigido al deporte y al cultivo de la personalidad, la efectividad
del arte no se encuentra en vencer al contrincante sino en la belleza estética
del combate, en marcar puntos o mostrar la habilidad adquirida en exhibiciones
o el teatro.
Sí, los conceptos orientales no tienen
equivalentes en las lenguas occidentales, y es por eso que se debe mirar con
cuidado la vía del aiki, para no caer en errores de perspectiva como el de
considerar el Aikido como deporte de competencia, arte de guerra o cualquier
otra actividad física, porque el do oriental implica una vía espiritual de
superación y crecimiento continuo que nunca termina. El crecimiento espiritual
nunca se acaba, es continuo y exige entrega. De tal manera que el Aikido es una
vía espiritual, una alternativa que ofrece con su práctica una posibilidad de
crecer. Y hay que entenderlo así porque para oriente cuerpo y alma no son
entidades separadas y diferentes como lo entiende occidente. Cuerpo y alma son
uno, y se debe fortalecer ambos con la disciplina y la constancia. Eso implica
el entrenamiento: entrega y búsqueda del crecimiento espiritual por medio del
trabajo físico de adquirir destrezas y habilidades propias de un guerrero, que
respeta y honra a su compañero como guía
en ese camino de descubrimiento del sí mismo.
El Aikido es un camino de búsqueda interior que
se realiza en el bullicioso mundo de la actividad física compartida con otros,
es decir, no se puede separar del tormentoso mundo social, a diferencia de
otras prácticas de búsqueda interior como el yoga o el zen. El Aikido se vive
en medio del compartir experiencias al interior del dojo y con la idea de
adquirir destrezas marciales, y para ello necesita de los compañeros y del
maestro que lo guían en ese viaje. Porque la armonía solo se logra al compartir
los ejercicios con el otro, fluir en la práctica con el compañero procurando
comprender el movimiento de la energía en esa danza, comprender porque hay que
caer, cuándo y cómo; así como cuando salir, esquivar un ataque o ejecutar una
técnica.
Así pues, el Aikido señala la posibilidad de la
armonía con el contrincante como formula para vencer, o mejor dicho para
convencer, o lo que es lo mismo como método
de negociación efectiva. Es decir, el Aikido va más allá del ejercicio
de aplicar unas técnicas marciales dentro de un dojo, además enseña redirigir
los ataques en procura de llegar a un acuerdo que beneficie a ambas personas
implicadas en la negociación de un conflicto. Porque no hay a
quien vencer cuando ambos practicantes son personas que merecen respeto y van
camino a su crecimiento personal con el entrenamiento. Eso es algo que se debe
proyectar a la vida del aikidoka como consecuencia de la conciencia moral que
el Aikido enseña con su práctica, la identificación con la humanidad como parte
integral de sí mismo, por lo que la persona se hace responsable de la
humanidad, del compañero de sí y comprende esa participación en la evolución
del universo.