Cuenta la leyenda que antiguamente los alumnos de un dojo
eran selectamente escogidos. Los aspirantes debían permanecer en las afueras al
frente del dojo por días esperando la oportunidad de que el maestro se fijara
en ellos y les permitiera ingresar a las instalaciones. Hoy día la selección no
existe, simplemente el interesado en practicar artes marciales solo debe
contactarse con el maestro y simplemente aceptar hacer el pago fijado por la
academia para tomar la clase. Eso lleva a que los practicantes de ahora no
sientan ese compromiso y entrega que se observaba en los alumnos de antes.
Por supuesto
del otro lado también ocurre un deterioro, pues quien no puede pagar la clase
pierde su oportunidad sin importar que tenga la capacidad y voluntad para
llegar algún día ser un gran maestro.
Esta situación lleva a pensar que los practicantes se pueden
categorizar según las motivaciones e intereses que busca con la práctica. No es
cuestión de calificarlos sino de identificar los objetivos y expectativas con
los que los practicantes llegan a la práctica y, en cierta medida, poder
responder a esas expectativas.
Yo considero que entre los practicantes de hoy hay quienes
son clientes, otros alumnos y otros discípulos. Sin importar cuál puede ser la motivación
para estar en clase, todos son bienvenidos y los instructores hacen lo posible
por llenar sus expectativas. Los clientes
son aquellas personas que buscan las clases solo como un medio de
entretenimiento, de distracción de las tareas cotidianas, son quienes pagan por
un servicio, se divierten, pasan bueno y luego se van. Los alumnos son aquellos
que quieren aprender el arte, son quienes investigan, estudian, preguntan y trasciende la diversión. Los discípulos son
aquellos que superan la etapa de alumno, se comprometen con el dojo y su
maestro al punto que trabajan duro para el sostenimiento del dojo y la
enseñanza.
Así que solo analice su postura con respecto a la clase,
siempre disfrútela al máximo y póngase metas y descubra que son ustedes quienes
hacen el dojo y al maestro, pues sin ustedes no existiría estos espacios ni habría
maestros, ni arte marcial, nada y descubra que su participación en la clase es
vital para el dojo y su maestro.
Gracias