lunes, 4 de mayo de 2020

Reconociendo los ataques verbales 2


El autocontrol no es solamente serenidad; es un medio de dar a los demás confianza en sí mismos

Ahora debemos ocuparnos de la contraparte, el emisor que ha proferido un ataque verbal con plena intensión de ofender, lastimar, hacer daño. Es posible que un comentario realmente sea ofensivo y lleve todo el veneno de procurar sacarnos de casillas o mostrar dominio sobre uno, que lleva toda la mala intensión de lesionar nuestra autoestima.

En tal caso debemos igual que antes mantener la calma, respirar profundo y mantener la compostura, y sobre todo tomar distancia, darnos cuenta del sentimiento que surge en nuestro corazón y preguntarnos porque nos sentimos así, para luego hacer irimi tenkan, es decir, entrar y girar. O sea, tal como se interpreta el irimi en Aikido es entrar, ¿entrar dónde? Pues a la esfera vital del compañero. En el lenguaje no verbal, la proxemia hace referencia a las distancias que los individuos deben conservar de acuerdo al nivel de intimidad social que hay entre los individuos. Por ejemplo entre compañeros de trabajo hay una distancia personal, aquella en la que extendiendo el brazo se puede tocar al compañero. En Aikido es la distancia en la que nos tocamos las manos de ambos extendiéndolas adelante, y al iniciar la técnica damos un paso adelante hacia el compañero y a su lado tal que invadimos su espacio íntimo (menos de 15 centímetros entre los cuerpos de ambos) y luego nos giramos quedando al lado y mirando hacia donde está mirando el compañero, Reconociendo los ataques verbales consiste en empatizar con el agresor verbal, entro al punto de vista del compañero, me pongo en sus zapatos y trato de comprender cuál es su idea.

Por ejemplo, siguiendo el caso del comentario inadecuado de mi profesor, supongamos que efectivamente su intención es ofenderme recalcando que él considera que mi técnica es brusca. En tal caso ante el comentario: compañero “estos taekwondistas quieren hacer todo la brava”, la respuesta podría ser la “réplica desintoxicante”, es decir repetir sus palabras y preguntar sobre ellas, entonces la respuesta sería: “los taekwondistas queremos hacer todo a la brava ¿Qué quieres decir con eso?” con ello hago irimi tenkan, trato de entrar en su mente e indago sobre cuál es su mirada al respecto de los taekwondistas haciendo Aikido, es decir no permito que me afecte, por eso no indago si él considera que mi técnica es brusca, sino que indago sobre qué significa para él la frase pronunciada.

Por supuesto no es tan fácil tener toda esta elaboración de la réplica desintoxicante en esos momentos que somos sorprendidos con una ofensa, por eso este tipo de respuestas suelen darse cuando uno, en cierta forma, es víctima de acoso laboral, de bulling, o sea que los ataques son continuos durante un tiempo significativo como para descartar que es solo un chascarrillo del momento y, por supuesto hemos analizado con cuidado que hay realmente una mala intensión de parte del compañero en sus ataques. Esto es otra estrategia de defensa personal que suelo recomendar a mis estudiantes. Nunca contra ataque sin antes tomar distancia y estudiar los movimientos del contrincante para tener una idea de cuáles pueden ser sus fortalezas y debilidades en la lucha. Una defensa en cualquier caso no puede hacerse sin un estudio profundo de las circunstancias, del agresor y las posibilidades que tenemos. 

Así pues, la defensa personal es una habilidad que requiere de mucho entrenamiento, disciplina y constancia, igual la defensa verbal, es necesario entrenarse para mantener la compostura ante un ataque verbal, tener el conocimiento para la autoobservación de las emociones movidas y de las intenciones expuestas, y de las estrategias que se debe llevar a cabo para la defensa. No hay respuesta ingeniosa automática que nos surja en el momento que somos agredidos con palabras, como tampoco ante un golpe repentino si no nos hemos preparado física y mentalmente para asumir la defensa de los derechos propios y de nuestros seres queridos con un entrenamiento consciente y disciplinado de nuestros reflejos de autodefensa.

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