sábado, 22 de julio de 2017

Colaborar en aikido


Tal vez una de las consignas más sonadas en la práctica de aikido es “colaborar con el compañero”, pero ¿qué significa eso exactamente? Y es que la práctica de aikido es kata geiko, es decir, se da privilegio a la forma tradicional o al estilo que muestra el maestro del cómo se ejecuta la técnica sobre los principios de efectividad o practicidad de la misma, es decir sobre el kumite geiko o combate, ya que por sí, el aikido no tiene combate en el sentido de la competencia o la guerra, pues el aikido pretende es encontrar la reconciliación y armonía entre los seres humanos que se revela en los acuerdos pactados entre las partes participantes en una negociación. Sin embargo, al estar inscripto en el concepto de arte marcial, la práctica del aikido debe enseñar a lidiar con el compañero como si fuera un enemigo o la contraparte de una negociación a quien hay que vencer o convencer para uno mismo salir bien librado de tal trato, lo cual significa no resignarse a perder ante el otro por evitar el conflicto, es defender los propios derechos sin dejar de reconocer y respetar los del otro, en otras palabras, se pretende que ambas partes salgan ganando y, por supuesto, caer en nuestra cultura tiene un sentido negativo equivalente a la derrota.
Desde mi perspectiva, la práctica de aikido debe ser formativa, debe conducir al desarrollo mental, físico y espiritual del aikidoka, y cada técnica más allá de la forma correcta se deba apuntalar a la comprensión de sí mismo y del compañero, la comprensión del suceso mismo que se está experimentando, es decir como conducir el ejercicio del aikido a su comprensión como principio de armonía y acoplamiento al aquí y ahora de la vivencia. Es decir, el uke y el tori se acomodan y aceptan lo que pasa en el momento fuera de lo que se supone debería pasar, en otras palabras, no siempre la técnica debe terminar con la caída de uke, pues este debe ser sensible a la energía de tori y dejarse guiar sin suponer nada.

El entrenamiento tradicional japonés denominado “shu-ha-ri (aceptar el kata, diferenciarse el kata y descartar el kata)” consiste en la evolución del entrenamiento mismo que debe asumir el practicante de cualquier arte marcial. Al principio someterse al kata o repetición de los ejercicios para desarrollar su concentración. Luego de muchos años se debe ir distinguiendo los posibles fallos que existen en el kata en su estado puro, es ir más allá del kata para estudiar la efectividad de la técnica. En el nivel más alto de la práctica, ya la ejecución se de manera intuitiva, espontanea, es meditación en movimiento ejecutado fuera del pensamiento consciente para ser una técnica pura, es un nivel alcanzado por muy pocos practicantes casi reservado para los grandes maestros fuera de los títulos adjudicados por las escuelas.

Teniendo en cuenta estos detalles, entonces procedamos a entender que es eso de la colaboración en aikido. Es claro que los principiantes deben practicar la caída y la técnica en la forma que muestra su instructor, es el momento de acondicionar su cuerpo y mente al estilo que está estudiando, debe repetir una y otra vez la forma, estudiar la forma, comprender la forma, es decir, el kata, en ella que se descube la característica propia del estilo y del arte que se está estudiando. Es el kihon waza, la técnica básica por medio de la cual se puede comprender los principios básicos del arte y no del espíritu del practicante, es decir, un arte que pretende desarrollar e impulsar el crecimiento personal del practicante no puede solo dar la información que transmite el maestro a sus estudiantes, debe poco a poco abrirse a las posibilidades reales del aprendiz, es potenciar sus capacidades, habilidades naturales para que afloren en el ejercicio del arte. En este sentido es necesario que con el tiempo el alumno se diferencie del kata, que deje fluir su intuición, que desarrolle “su estilo” propio sin dejar de lado las características que distinguen el arte. Y es este sentido que la colaboración que presta los compañeros de aikido no debe ser solo en el sentido de tirarse cada vez que el tori hace la técnica, sino en ayudarle a comprenderla y mejorarla al tiempo que se estudia el ukemi mismo, el cómo es la forma correcta de recibir de acuerdo a la ejecución técnica que aplica el compañero.


El ukemi es por su naturaleza la acción defensiva del aikidoka, es evadir el atemi, escapar del agarre, encontrar la forma de salir ileso de una técnica que puede ser letal en caso que el tori la aplique con toda la contundencia correspondiente. Por eso el estudio del ukemi debe ser muy profundo y serio. No es solo tirase, no es solo caer, es recibir, es defenderse es dejar que la técnica fluya a su resultado natural, que no siempre es la caída, puede ser solo quedarse ahí parado, o tal vez aplicar contra técnica o huir, puede llegar a cualquier resultado cuando cada cual de los aikidokas están haciendo un estudio serio de la técnica y no solo divirtiéndose o pasando un rato agradable en la clase.
En todo caso se debe tener en cuenta que la técnica completa va más allá del kihon waza (técnica básica), es además el ukemi (recibir la técnica), el kaeshi waza (contra técnica), renraku waza (cambiar de técnica), henka waza (modificación de la técnica). La técnica debe evolucionar a lo largo del tiempo de entrenamiento gracias al estudio profundo de todas estas formas de hacer la técnica hasta que se vuelva natural y espontanea en el practicante que ha crecido desde su categoría de estudiante principiante a la de gran maestro al final de su vida.


martes, 18 de julio de 2017

¿Es el Aikido un arte marcial meramente defensivo?

 Cuando yo empecé a practicar artes marciales, más exactamente Taekwondo, mi profesor solía decir que “deberíamos usarlo únicamente como def...