lunes, 27 de febrero de 2012

POSTURA



Demostración de O Sensei sobre el poder del ki y 
y de su excelente postura


Cuando en artes marciales se habla de postura, por lo general se hace referencia a la guardia, es decir a una postura de atención y alerta en el combate. Cada arte marcial tiene sus guardias con ciertas características propias del fundador o del maestro que encabeza el estilo.

Hay una gran cantidad de guardias según el momento y necesidades que se presentan en el combate. De tal modo que las guardias o posturas van desde la postura relajada y natural hasta la de máxima alerta. Hay guardia adelante, atrás, de jinete entre otras dependiendo de la forma de ubicar los pies en relación con la dirección del cuerpo y su colocación espacial y su proyección de tal manera que el artista marcial refleja su intención y disposición al combate que invita al contrincante a la lucha o huida.

En aikido se observa la postura adelante alineando las piernas una detrás de otra, doblando la pierna de adelante y estirando la de atrás, con una guardia de manos estiradas hacia adelante con una ubicación de ellas como si estuviera tomando la katana entre sus manos pero sin cerrar las manos. Sin embargo, el aspecto más importante no es la forma misma de la guardia, tal como se observa en la mayoría de maestros en su exhibiciones de aikido, los cuales suelen asumir una postura relajada y natural, la que podríamos deducir que es la denominada guardia no guardia, es decir un tipo de guardia ambigua donde aparentemente este luce descuidado sin embargo refleja una concentración y atención a todo su entorno que es difícil pretender atacarlo. Esto nos lleva a deducir que la postura no está centrada en la forma de la guardia sino en una actitud que enviste todo el cuerpo y refleja una profunda concentración.

Por supuesto la postura tiene que ver con la actitud, con atender las recomendaciones de los maestros de mantener el peso abajo, estar completamente relajado y proyectar el ki hacia afuera. De tal manera que el cuerpo está firmemente anclado al piso y con la flexibilidad suficiente para responder a los ataques en la fluidez del movimiento que exige el combate. La postura es, entonces, algo más que la guardia, es la actitud y la disposición para hacer frente a las adversidades sin descomponerse, es la posibilidad de ejecutar la técnica manteniendo la compostura y los principios básicos para esta. Por eso cuando su instructor le exija mantener la postura, obsérvese a sí mismo y mantenga la atención sobre su propio cuerpo y sobre la ubicación de cada parte de su cuerpo para comprender como se puede mover con total libertad, sin que tomar a su compañero para ejecutar la técnica sea un problema para desplazarse y desplazarlo en la realización del ejercicio, en la realización de su defensa.

¿Es el Aikido un arte marcial meramente defensivo?

 Cuando yo empecé a practicar artes marciales, más exactamente Taekwondo, mi profesor solía decir que “deberíamos usarlo únicamente como def...